Hace 9 años tuve la inmensa suerte de poder colaborar con Sagrada Tierra en un proyecto del Petén, y de esta forma conocí Guatemala, un país lleno de color, que me cautivó desde el primer momento, sobre todo, por su gente. Convivir durante un tiempo con los/as habitantes de varias comunidades del Peten ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Nunca olvidaré, ni dejaré de admirar su hospitalidad, generosidad, sencillez y su amor por la Tierra. Gracias a cada una de las personas de Sebalam y El Nacimiento, que tanto, tanto me enseñaron.