Transcripción de varios testimonios de miembros de las familias que ahora cuentan con cisterna.
Si hablamos con todas las familias, vamos a escuchar palabras más o palabras menos, pero reflejan en gran parte la alegría de las personas al contar ya con un poco de agua.
Al visitar a las familias vamos a encontrar inventos propios de las personas que tienen casa de palma. Esos inventos son para aprovechar cada poquito de lluvia que cae y llenar sus cisternas. En número menor, las que no han hecho nada para captar el agua.
Es importante señalar que el invierno termina en los primeros días de noviembre, aunque caen algunas lluvias hasta el mes de febrero, pero no siempre. Sin embargo las mujeres están todas ansiosas de que llueva para ver llena su cisterna.
TESTIMONIOS:
Matilde Ical Cu: “…fíjese que antes, íbamos cinco veces al día a traer agua. Ahora en diciembre llovió y con otras veces que ha llovido un poquito, tenemos la cisterna casi a la mitad. Quisiéremos que llueva más, para que se llene, la estamos guardando para el verano porque el nacimiento, en verano no da mucha agua y no alcanza, por eso ahora siempre vamos a traer agua para no gastar lo que vamos cosechando”
Dominga Pop: “Yo quiero dar gracias en primer lugar a Dios por haber hecho su voluntad de encontrar personas que nos ayudan. En segundo lugar quiero agradecer a Sagrada Tierra por escuchar nuestra solicitud, y a usted por estar acompañándonos en el trabajo y por dormir aquí con nosotros. Que Dios nuestro señor les cuida y los protege”. ”Ya tengo un poquito de agua, no ha llovido mucho pero es una bendición de Dios, tener agua para tomar. Ya para lavar voy al mismo lugar…”
Angustia Chub: “Es una ventaja tener agua para tomar, cocinar y lavar trastes. Antes aunque llovía, no teníamos en que juntar agua y siempre teníamos que acarrear. Para eso nos levantábamos a las cinco de la mañana. Ahora ya no hay que madrugar y eso que todavía no tengo mucha agua en el tanque pero primero Dios cuando ya sea invierno entonces nos va a favorecer más”
Abelina Xol: “Ahora ya hay muchas familias que casi no vamos a traer agua, otras siempre van porque no tienen lámina y no juntan agua. Yo si tengo lámina y mi tanque ya se llenó porque mi casa es grande y es de lámina, ya vendito sea Dios ya no paso penas con el agua. A ver cómo me va en el mero verano, eso estoy pensando”.
“¿Se acuerda aquella vez que llovió en octubre y usted me tomo una foto sacando agua de la cisterna?, desde entonces yo he tenido un poquito de gua porque yo aproveché desde el primer día que ya podía echar agua al tanque. Con mi Papá ya le pusimos más tubo a la lámina en los dos lados y ya es poca el agua que vamos a traer. Cuando ya sea invierno, vamos a mejorar”.
“Usted, me conoce. Yo trabajo mucho con mis hijas para salir adelante. Mi esposo agrandó la casa y pusimos más lámina. Ya compramos más tubo y lo pusimos con el otro. El tanque, sólo llenaba a la mitad y teníamos que sacar agua con la bombita. Ahora con más tubo, ya se llenó dos veces y sacamos agua por el chorrito. Mire como lo tenemos, le quiero tapar ese hoyito porque se sale agua por ese tubo que le dejaron arriba sin tapón y no deja llenarse bien. Cuando llueve todavía juntamos más agua para echar al tanque”.
“A mí me ha ayudado mucho la cisterna. Aunque es poco lo que ha llovido pero ya juntamos poquito de agua mire, me alcanza para la cocina y para tomar. Siempre tenemos que acarrear un poco con los patojos pero ya sólo un viaje. Antes hacíamos tres o cuatro viajes y estaba yo con pena cada rato por el agua. Ahora se me ha quitado la pena”.
“Nosotros pusimos unos nylon porque no tenemos pisto para comprar lámina. Mi casa es de palma pero algún día juntaré para poner lámina aunque sea sólo para el cisterna.”
“…Nuestra cisterna quedó lejos, hasta allá atrás. Para llevar agua al tanque mi papá colocó aquí unas láminas y con esa botella de plástico hizo un embudo y puso un tubo desde aquí hasta el tanque. Quitó el chorrito y metió allí el tubo. Le escarbó la tierra y le hizo un hoyo al tanque más abajo y le metió un tubo más para vaciar el agua, puso una llave y lo llevó hasta el patio de la casa. Ahí puso este tubo y de tapón le ponemos un palito. Cuando necesitamos agua, abrimos la llave allá arriba y viene el agua para abajo, quitamos el palito y ponemos un tubito doblado y así llenamos los trastes y ya tenemos agua, ya nadie vamos a traer al pozo. Gracias por ayudarnos, Dios se los pague.”