Hemos comenzado el segundo año de talleres (2020) en nuestro proyecto educativo junto con la ONG local Loq’laj Ch’och’ o ‘‘Sagrada Tierra’’ en Maya Q’eqchí, financiado por la Gerda Henkel Stiftung.
Una ceremonia en la antigua zona de Manché Ch’ol
Los mayas apenas aprenden nada en la escuela sobre su propia cultura. Si se enseña historia, comienza con la llegada de los españoles en 1524, lo que llevó a la conquista, o invasión, como los mayas prefieren llamarlo. Para entonces, la cultura maya ya existía durante unos tres mil años. Dado que hay una falta crucial de conocimiento, el primer ciclo de talleres se concentró en los fundamentos de la cultura y la historia maya.
Este segundo año nos centraremos más en la historia de la zona de nuestros participantes: el sur de Petén y el norte de Alta Verapaz. Nuestros participantes son Maya Q’eqchí, pero no siempre vivieron en esta área. ¿Cómo terminaron viviendo donde están viviendo ahora? ¿Quiénes eran los habitantes anteriores y qué les pasó? Veremos que los mayas q’eqchí absorbieron una parte sustancial de los mayas clásicos que construyeron ciudades como Tikal, Ceibal, Cancuén o Caracol, que eran hablantes de Ch’ol, un idioma que se extinguió aquí en Guatemala. Si preguntas qué pasó con los grandes constructores de pirámides del pasado: todavía viven entre nosotros y muchos de ellos hablan Q’eqchí hoy.
Un taller estará dedicado a la conquista religiosa de los mayas. En la zona Q’eqchí de las Tierras Altas de Verapaz esto comenzó con la obra de Bartolomé de las Casas, un conocido dominico y sus compañeros.
El último incidente de Fray Bartolomé de Las Casas en la historia de las Verapaces fue en 1545, y en el transcurso del siglo XVI la zona Q’eqchí se convirtió (al cristianismo) en gran medida. En el siglo XVII los dominicos pusieron su ojo en las tierras bajas de Ch’olan, al norte de las Verapaces. Una de las área Ch’ol se llamaba Manché.
Sucede que varios de nuestros participantes provienen de Tzuncal, un pueblo perteneciente al Manché Ch’ol, mencionado en varios documentos del siglo XVII. Fui invitado por el pueblo de Tzuncal a una conmemoración de un momento histórico: la llegada de los primeros frailes que habían venido a convertir lo que llamaron el “pueblo mayo”, siendo el Ch’ol Maya. Me sorprendió que supieran de esta parte de la historia del siglo XVII, porque la mayoría de los Q’eqchí en Tzunccal no vienen más de tres generaciones atrás en esa área. Parece que estos primeros frailes se quedaron en una cueva, el lugar en donde se celebró la ceremonia. Un sacerdote católico vino desde San Luis Petén, a 2-3 horas en coche desde este lugar, para celebrar la misa antes de la entrada de la cueva.
Por lo tanto, hay suficientes hechos interesantes para investigar junto con la gente este próximo año.
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